jueves, 22 de noviembre de 2012


Fadián Vergara Ramírez
La diferencia entre nacer y ser
Por: Maribel Weisser, Katherine Muñoz, Carolina Riquelme, Nelson Novoa

·       A corta edad aceptó que estaba encerrado en un cuerpo que no le correspondía, se armó de valor y dio el primer paso a una nueva y especial vida.


De lunes a viernes tiene una vida bastante reposada. Su mayor preocupación es el inglés, por eso decidió estudiar pedagogía en traducción. Fadián Vergara Ramírez tiene 21 años y se siente conforme con la carrera que estudió, sin embargo con su cuerpo no. Por eso, desde los 16 años se transforma. No se convierte en un súper héroe que lucha contra la injusticia, sino en la escultural mujer Kim Spencer; la verdadera pasión de Fadián. 
El estudiante de inglés a simple vista parece una verdadera mujer: Tiene el pelo largo, las uñas largas, ojos celestes, una voz que evidencia el toque femenino y ríe tan fuerte que llama la atención de cualquiera. Sus gestos son delicados y muy expresivos. Le gusta que lo llamen Kim o Fadián, ya que según dice aún no cambia su sexo por completo.
El joven se califica desde pequeño como una mujer transexual, pese a que no ha pasado por cirugías ni tratamientos hormonales. "Ser transexual va más allá de una operación. Me gustan los hombres y las mujeres, pero esta condición va más allá de los gustos. Es una lucha por ser lo contrario a lo que es mi cuerpo, en mi caso, ser mujer", mencionó apagando la colilla de un cigarro que ocupó.
Levantarse a las 6 de la mañana, escoger ropa adecuada para la temperatura y color del cielo, delineare los ojos, alisarse el pelo y comer tostadas al desayuno, forma parte del día a día de Fadián, quien luego de mirarse unas 10 veces al espejo sale de su casa para dirigirse al paradero de la 11 F, taxibus que va hacia Concepción y  lo deja lo más cercano a su instituto, Valle Central.
Al llegar a su casa de estudios vuelve a mirarse a todos los espejos que tiene cerca, se dirige al casino y ahí espera unos 20 minutos a que lleguen sus amigos y amigas. “Siempre espero a mis perritos y perritas para ir juntos a clases, pero si se demoran más de los 20 minutos acordamos, me pongo de pie, me coloco bálsamo labial y me voy. La puntualidad es algo que me caracteriza”.
Estudia de lunes a viernes, afirma que ama el inglés, pero que la carrera de Traducción en Idiomas le quedó chica y pretende el próximo semestre cambiarse a pedagogía en Inglés. “Me gusta mucho el Inglés, de hecho cuando termine mi carrera viajaré a Inglaterra y si tengo suerte me quedaré allá”.
Por las tardes frecuentemente se va de shopping a las galerías, ya que en las grandes tiendas no encuentra ropa unisex, afirma que en las tiendas famosas la ropa está segmentada. También asiste a pubs a compartir con sus perritos y perritas y a ver si conoce a alguien que lo deslumbre y le quite el sueño.
Hace cinco meses que está soltero, dice que en las cosas del amor no le ha ido bien. Su última relación fue con una lesbiana, pero ella sólo quería sexo, lo que lo decepcionó, porque el todavía busca a alguien que lo ame por lo que es y no por lo que aparenta.

Para Fadián nació dos veces: el día en que dio a luz su madre y el día en que decidió ser mujer. Pues desde muy pequeño se dio cuenta que algo no estaba bien con su ser. No podía expresarse libremente porque transgredía las reglas de su sexo biológico. Le gustaba jugar con muñecas, usar accesorios de mujer. Por eso decidió acabar con el sufrimiento de sentirse interiormente inadecuado y buscó procedimientos estéticos y sicológicos para transformar su cuerpo.
Fadián le dedica tiempo a Kim Spencer: “Me siento cómoda vistiendo ropa unisex. El objetivo es verme como una verdadera mujer, porque realmente es lo que quiero. Para eso estuve en tratamiento sicológico para que me guiara hacia lo más complicado: la operación", dijo exaltado. Y es que para Kim, la terapia es algo fundamental para que el arrepentimiento no sea demasiado tarde.
Todo comenzó a los 11, cuando Fadián miraba a sus compañeros más de lo común. Y es que a portas de la adolescencia  confesó sus gustos a sus más cercanos. Pero el momento más complicado fue cuando le dijo a su mamá que deseaba ser mujer: “Estaba nervioso, pero mi madre no me hizo atao. Todo este cambio es, sin duda, gracias al  apoyo de mi familia, quienes sin rodeos aceptaron mi condición”, señaló Kim Spencer.

Mirando su foto carnet, se despide de su antigua apariencia que por toda su niñez le acompañó. Quien pensaría que el chico de pelo corto, con abundantes cejas negras sería hoy una esbelta chica. Y al menos para Kim, su aspecto físico no le ocasiona problemas. Se siente muy bien e incluso da algunos tips de belleza  por medio de  blogs o charlas con sus amigas. Poco a poco se interesa por los territorios donde no se cansa el hombre. Un gusto por antonomasia. En donde procura inmortalizar sus curvas, sus pronunciados pómulos y lánguidas manos.
A principios de este año Fadián decide pertenecer a la OTD (Organización de Transexuales por la Dignidad de la Diversidad) organismo que le ha ayudado ha resolver todas sus dudas en esta gran decisión que toma rumbo su vida.
“En Concepción somos alrededor de 15 personas los que participamos de terapias con psicólogos y terapias de reemplazo hormonal. También se hacen actividades recreativas como ciclos de cine y poesías”, enfatizó.

        Fadián tiene fe que dentro de dos años y medio podrá ser oficialmente Kim Spencer. Hasta el momento está yendo al psicólogo y después deberá asistir a terapias de sustitución hormonal. Sabe que estas etapas son muy importantes, ya que ante cualquier transformación es mejor decidirlo antes, en vez de arrepentirse por el resto de su vida.


Con respecto a su operación está feliz de no tener que ir a Santiago o a ningún otro lugar lejos de su ciudad, ya que en el Hospital Higueras, hay personal capacitado para realizar de forma exitosa, la tan ansiada cirugía.
“Es lo que he soñado ser, poder verme al espejo y decir por fin soy una verdadera mujer”, dijo entre carcajadas.
Para Fadián la violencia es un tema que no va con él. Se define como una persona tranquila. Aunque si es por defender al género femenino no tiene problemas en ser violento. “No puedo ver a sujetos agrediendo a mujeres, es algo que me choca. Una vez tuve que defender a una mina que estaba sola en un bar y que estaba siendo agredida por unos gays borrachos. Fue la primera vez que di un golpe y que ¡recibí uno de vuelta!”, ríe.
Hasta el momento no ha tenido conflictos en la sociedad.  Tal vez se deba a su andrógena apariencia, la que a simple vista hace dudar sobre su sexo a toda persona que no le conozca. Nunca se ha sentido discriminado por sus pares o por el resto de los mortales: “Doy gracias a Dios por ser tolerado… Y por haberme hecho mujer”, sonrió.




Dedicado a :Fadian Vergara Ramirez